Natalia.
Durante los dos o tres años que duró el rodaje-montaje de Mujermujer, fui descubriendo un film en constate mutación. En un primer momento parecía una película cósmica, un viaje deliberado hacia la abstracción. Luego las formas comenzaron a invadir el film como recuerdos del futuro, sucesivos dejà vu. De a poco, y cada véz con más fuerza: se fue imponiendo la presencia de Natalia, que además de ser mi pareja, aparece como un personaje totalmente anónimo y genérico de una tribu urbana de mujeres actuales. Empecé a filmarla en cuanto momento se daba, en situaciones espontáneas frente a la cámara, espacios y circunstancias propios del devenir de nuestra vida común. En el proceso reflexioné mucho acerca del uso conjunto del Súper 8 y el Single 8 milímetros, pues no pensé esta peli únicamente como algo biográfico o puramente documental, sino que buscaba convertirla en un híbrido: un registro desestructurado de mi propia sensibilidad y, al mismo tiempo, un retrato subjetivo de la protagonista, de sus vivencias íntimas, sus deseos, sus sueños y sus dispersiones inconscientes. Un viaje profundo hacia el interior de su mente, recorriendo su espacio vital, sus periplos canábicos, sus relaciones humanas, sus soledades existenciales.
Recursos.
Recurrí a diversos recursos experimentales, tanto en el rodaje como en la mesa de montaje, ideas visuales vinculadas con la materialidad del celuloide que vengo trabajando desde hace años. Salí a disparar con flash, cuadro a cuadro, por una calle lluviosa en Palermo, y también el día que nevó en Buenos Aires. Me dediqué a intervenir los fotogramas con marcadores de colores en mi banco óptico. También en un momento conseguí película Single 8 que un amigo compró en Alemania, y con ella pude hacer varias pruebas, como filmar dos veces el mismo celuloide, haciendo una mezcla de imágenes sobre una misma emulsión. Usé anilinas para teñir sintético y hacer el viraje a color de ciertos tramos del fílmico Súper 8. Dejé el celuloide en agua para acelerar la descomposición de ciertas imágenes. A veces estos experimentos salían mal y tenia que tirar a la basura mucho material. Podría escribir un diario de rodaje-montaje de todo esto, pues cada tramo intervenido de película tiene para mí un valor íntimo específico, por todo el tiempo de trabajo artesanal que le dediqué. Y hablo de rodaje-montaje porque muchas veces aparecen tramos montados directamente en cámara, lo que para mí hace que filmar y montar sean prácticamente una sola acción simultánea. Diseñé un pequeño estudio hogareño en donde todos los días puedo dedicarle un tiempo a intervenir y manipular la película.
Amigos.
Recuerdo el día en que Natalia apareció con una caja llena de fílmico Súper 8 que había encontrado abandonada en la calle. No lo podíamos creer, alguien había tirado 20 bobinas grandes de celuloide reversible, con imágenes filmadas por el mundo. De todo ese material seleccioné unos minutos. Luego apareció el Súper 8 Ekthacrome 100 ASA día, una verdadera bendición. Ese día tenía que ir al taller de Claudio Caldini, a dar una charla para los alumnos sobre mis películas. Al terminar la clase, Claudio me sorprendió con un hermoso regalo, y lo único que yo tenia para obsequiarle era ese cartucho Súper 8, así que pensé, quien mejor que Claudio para filmarla, y se la regalé. Así que fue Caldini el primero que usó esa emulsión Súper 8 en la Argentina. Después de un tiempo pude comprar más y seguí filmando con Natalia, algunas cosas con filtros de diferentes efectos. Luego apareció Paulo, con quien tuvimos varias charlas de aproximación estética y de pensamientos a futuro. Empezamos a idear una producción, un trabajar juntos en algo. Un día me levanté y terminé de montar la última toma con mi empalmadora italiana. Les mostré la película a unos amigos y me dijeron que muda se la llevaba bastante bien. De todas formas pensé en hacer una banda de sonido aparte, sin tantos sincronismos. Pensé, Luis Marte. A Marte lo conozco de una banda de rock/rap que teníamos en Florencio Varela. Tras un paréntesis de unos 20 años, me lo encuentro nuevamente por la vida y empezamos también a idear trabajar juntos. Hicimos la apertura de un Festival de Cine Underground de Buenos Aires y también laburamos en una de las noches de los museos, para unas proyecciones en el Museo de Cine. Así que ya lo había apuntado para algo, hasta que tiempo después nos encontramos para empezar a procesar la banda sonora de Mujermujer. A Luis le encantó de entrada hacer algo así, lo tomó como un desafío. La cosa se fue armando de a poco, empezó a tomar forma. Yo ya estaba entrenando con la puesta de mi película Música para Astronautas en el refundado Cosmos UBA, una sala de cine arte de Buenos Aires. Así que comenzamos a idear una presentación para esa sala, en donde la proyección de Súper 8 es más palpable.
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