En el tiempo vivido junto a Natalia, tuve la oportunidad de compartir la vida cotidiana con diferentes situaciones y acontecimientos que presenta la convivencia. La relación que llevamos adelante se convirtio poco a poco en una manera de mirar el mundo, verlo a través de sus ojos, o de los mios. Todo aquello que representa los visto, lo vivido, lo querido, puede ser sujetado solo por algunos instantes, como el aire dentro de nuestro cuerpo. La pelicula, así, se convertiria en un trascurrir de actos presentes, un modo de plasmar esos momentos de frescura enlazados junto con abstracciones y su forma inexplicable, multiplicando las posibles interpretaciones en cada espectador. La duplicidad de la imágen proporcionará la afluencia de una narración que surge de la interioridad y se expande en una inefable secuencia de ritmos de luz y color. Como facetas de un prisma, los remolinos de imagénes se precipitan, fluyen, y buscan encontrarse en el espejo desplegado llamado mujermujer.
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